Pues sí, basta de teta. Hay un día o días, o semanas o meses … que las mamis nos planteamos el hecho de destetar a nuestras criaturitas. Para algunas madres es un proceso más natural que para otras. Bien la leche disminuye, el niño un día decide que ya no quiere volver a mamar … Pero para otras muchas ( en las cuales me incluyo ) el proceso es más delicado.
Cuando nuestros hijos no quieren dejar de chupar teta y nosotras vemos que este ciclo está llegando a su fin vienen unas etapas bastante intesas. Porque hasta este momento la teta era no sólo su alimento, también su consuelo, su casa, su refugio. Seguro que más de una mamá que me está leyendo se ha pasado horas acurrucada con su hij@ con la teta «a mano». O justo después de una vacuna…Afortunadas las que habéis podido amamantar a vuestros bebés durante las inyecciones.
En más de una ocasión he dicho que la teta es más que un alimento. La lactancia materna nos hace más conscientes de que somos animales, mamíferos y que es la manera natural de tirar «pa’ lante» nuestros bebés. (Siempre digo que es respetando la madre que no quiere) Más natural y cada día más estudios avalan que es mejor. Pero como decía, la lactancia se convierte en mucho más que en un mero hecho de alimentar. Se crea un vínculo muy intenso con nuestro hijos que muchas veces tenemos que romper. Bien, mejor que romper, transformar. Porque el vínculo siempre va a estar ahí.
Para muchas de nosotras ese momento se hace verdaderamente duro y el primer consejo que os doy (por experiencia propia) es que lo tengamos muy, muy claro. Tenemos que ser conscientes y estar verdaderamente seguras que queremos poner un punto y final a esta etapa. Ello supone hacerse cargo que nuestros hijos crecen, nuestro hijo ya no es un bebé ( ni lo volverá a ser por mucho que le demos el pecho ), que la unión que se crea cuando damos de mamar a nuestros hijos se transformará. Tenemos que ser conscientes que vamos a pasar unos días durillos y sobretodo tenerlo claro para no volvernos atrás.
También os aconsejo que no seáis radicales. Mejor si es un proceso paulatino donde cada pocos días o semanas (depende del ritmo de cada madre/hij@) quitemos una toma. Por ejemplo, empezar por no dar teta si se está fuera de casa. Luego reduciremos las tomas sólo cuando vamos a dormir (la siesta y por la noche) Sea como lo hagáis, que sea poco a poco porque los dos os vaís preparando.
Tengo que confesaros que con mi hija mayor, la primera noche que no le di teta para dormir. Hacía buena noche y nos fuimos a la terraza a ver las estrellas, a leer un cuento, le explique los motivos por los cuales ya no había más teta.Ella lloró un poquito, pero enseguida se durmió. Yo lloré más.
Esto me hizo extrapolar este comportamiento a muchas situaciones vividas cada día. Si les demostramos seguridad, confianza y razonamos con ellos, nuestros hijos nos entienden más de lo que nosotros creemos.
Por esto es muy importante que en el momento que decidimos empezar el proceso de destete, no demos marcha atrás. Si retrocedemos es peor para todos. Aunque sus llantos nos duelan por dentro, nos destrozen el alma…es una decisión que si se toma, se tiene que cumplir. Mientras …
Feliz Lactancia